Magnifico y sobrio edificio renacentista declarado como bien de interés cultural en 1985, fue una de las principales residencias de los Obispos de la Diócesis de Jaén en la provincia. Tiene forma de L y de su fachada de mampostería regular destaca su portada adintelada rematada con el escudo heráldico del Obispo Fray Benito Marín. Conserva las antiguas dependencias, así como el precioso huerto medieval, que continúa con su primitivo sistema de riego. Destacan unas espléndidas cantinas, divididas en dos salas abovedadas con bóvedas de medio cañón en sillería, reforzadas con arcos de ladrillo.
A lo largo de la historia , el Palacio Episcopal ha acogido a una gran lista de invitados de honor, tales como Felipe II o a Miguel de Cervantes y Saavedra, además de un sinfín de personajes ilustres.
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