Construida en 1769, presenta una fachada típica de los poblados de colonización del siglo XVIII. Cuenta con una sencilla portada neoclásica coronada por frontón que estiliza al máximo sus líneas rectas. Sobre ella se alza una airosa espadaña que tiene la particularidad de articularse en dos cuerpos: en el inferior se abren dos huecos gemelos para voltear campanas, mientras que el cuerpo superior, con un solo hueco de campana, va perdiendo grosor para culminar en un frontón triangular que, a su vez, acoge una minúscula campana. En este vértice culmina el riguroso eje vertical que arranca desde la línea de confluencia de las hojas de la puerta.
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