Es encargada la construcción de la Iglesia Parroquial por el, entonces, obispo de Jaén, D. Francisco Delgado. Según se desprende del contrato fechado el 5 de mayo de 1.573, la iglesia había sido comenzada años antes pero se encontraban paralizadas sus obras: “... que el maestro que desta obra se encargare sea obligado a sobre los seys miembros questán hechos a la parte de dentro de la yglesia...”; el maestro cantero se compromete a terminarla en seis meses desde la fecha del contrato: “... que el maestro cantero a de dar hecha y acabada y buena y perfetamente y a bista de oficiales esta obra dentro de medio año ...” Su terminación es de gran sobriedad, pero, destaca su retablo en yeso repintado, casi exclusivo en la provincia de Jaén, flanqueado a ambos lados por dos escudos: el de la familia titular del Señorío "Molina y Salazar", así como, el del obispo Sancho Dávila (con cierta incorrección en su diseño al introducir en uno de sus cuadrantes ocho roeles en vez de seis, que son los propios de esta dignidad, e invertidos sus cuarteles).
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